Todo emprendimiento, cuya herramienta principal sea la tecnología (Software, Hardware, página web, aplicación móvil, etc.) requiere de una serie de medidas a nivel jurídico, las cuales buscan cubrir unas necesidades, dichas necesidades en algunos casos, consisten en dar cumplimiento a los requerimientos de las autoridades, en otros, brindar seguridad al emprendimiento mismo frente a terceros que puedan ocasionar perjuicios, finalmente en otros casos, contribuyen a definir y regular la relación con quienes constituyen nuestro “Target” de negocio, es decir, frente a los usuarios o clientes de nuestro emprendimiento.

Las medidas a nivel jurídico, para atender a las necesidades mencionadas, consisten en implementación de requerimientos legales, registros ante autoridades competentes, con el fin de proteger nuestro emprendimiento de terceros que se quieran aprovechar del mismo para lucrarse sin autorización, como instrumentos contractuales de todo tipo, esto es, contratos, cláusulas especiales, acuerdos, avisos, entre muchos otros.

En cuanto al primer aspecto se refiere (requerimientos de autoridades de vigilancia y control), se debe tener en cuenta que siempre, al comenzar la ejecución de un emprendimiento, es necesario determinar el sector económico en el cual se va a mover el negocio, esto para así identificar la normatividad con la cual se debe cumplir en el desarrollo del mismo. No obstante en Colombia, hay una serie de disposiciones legales que se aplican con independencia del sector en el cual se desarrolla un negocio, como lo es por citar un ejemplo, la Ley 1581 de 2012 relativa a la protección de datos personales, cuyos requerimientos son obligatorios para toda empresa pública o privada que maneje datos personales ya sea de sus clientes, proveedores, empleados y contratistas.

Por otro lado es necesario en todo negocio, proteger las invenciones derivadas de su ejecución, es aquí donde debemos tener en cuenta la propiedad industrial, como un tema jurídico de mucha relevancia para un negocio, ya que a través de ella se protege la marca, el nombre del mismo y sus signos distintivos, que son los que dan reconocimiento ante el público tanto de la organización, como de los servicios que se comercializan a través de su nombre, para ello es necesario tomar las medidas legales necesarias para proteger dicho nombre, sus signos, colores y demás aspectos distintivos, como sus creaciones e invenciones, o mejoras considerables sobre invenciones ya hechas.

Así mismo es necesario mitigar el riesgo que existe en nuestra organización de que terceros actuando de mala fe, puedan cometer conductas que pongan en peligro nuestro modelo de negocio, una de tantas puede ser la fuga de información, la cual debe ser prevenida con instrumentos como el acuerdo de confidencialidad estricto, así como cierto tipo de cláusulas especiales para el manejo de información en nuestros contratos, que sin duda alguna nos darán un mayor nivel de seguridad jurídica para nuestras relaciones con eso terceros e incluso con nuestros empleados de cara al manejo de información.

Finalmente debemos tener en cuenta que frente a los usuarios o clientes, se debe delimitar la responsabilidad a nivel contractual, por el servicio que se presta, por ejemplo no es posible garantizar la disponibilidad plena y sin interrupciones de servicio de una página web, ya que en el uso de la tecnología hay un margen de error (por ejemplo: el colapso de un servidor, un conducta delictiva de obstrucción del servicio) de igual forma, no se podría asumir toda la responsabilidad por garantía de los productos, en un portal de comercio electrónico que hace las veces de intermediario, ya que esta situación haría inviable el modelo de negocio.

No obstante debemos tener en cuenta que si bien las necesidades mencionadas se trataron en forma diferenciada, se dan muchos casos donde el desafío jurídico involucra varias necesidades de orden jurídico, como en el caso de la protección al consumidor, que cuando la implementamos en nuestra organización atendemos a un tema de requerimiento legal, pero a su vez estamos frente a la regulación y definición de nuestra relación con los clientes de nuestra empresa.

Todos estos aspectos, entre muchos otros, deben ser tenidos en cuenta al momento de emprender con la tecnología, ya que de no hacerlo el riesgo y su materialización pueden terminar por acabar nuestro sueño de empresa, por ello es importante asesorase y se precavidos con el tema jurídico al momento de emprender.

Por Andrés Mauricio Molina.

Abogado, Consultor legal Cloud Seguro

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